Valeria Piñeiro, Martín Piñeiro, Adriana Campos Azofeita, Joseph Galuber, Nelson Illescas, David Laborde, Nicolás Jorge, Sofía Perini, Agustín Tejeda, Cristian Morales Opaso, Regine Weber, Silvia Galvao, Eugenio Diaz Bonilla, Adriana García Vargas, Pablo Elverdin, Sabine Papendieck, Eduardo Bianchi, Anabel Gonzalez y Antoine Bouet.
IFPRI-IICA, Diciembre 2021
El contexto en el que se desarrolla el comercio internacional de alimentos ha cambiado considerablemente desde la última Conferencia Ministerial (MC11) en 2017. No se han logrado avances significativos en muchos temas importantes que aún están pendientes en la agenda de la organización. Además, los cambios geopolíticos y la pandemia de Covid-19 han impactado drásticamente las prioridades institucionales de los países y de la propia OMC. La economía global se ha deteriorado sustancialmente en los últimos dos años, con impactos estructurales en las áreas de comercio y seguridad alimentaria, particularmente para América Latina y el Caribe (ALC). El sistema de comercio multilateral y su principal organización, la OMC, han sido atacados y desacreditados. La posibilidad de avanzar hacia soluciones coordinadas a los principales problemas globales a través de la cooperación multilateral parece poco probable, los países han adoptado una amplia gama de decisiones estratégicas para responder a los efectos de esta situación en el comercio internacional y la agricultura. Muchos han revisado sus políticas comerciales para ajustarlas a diferentes escenarios con respecto a la seguridad alimentaria y los flujos comerciales agrícolas. El aumento de los precios de las materias primas y el temor a la escasez de alimentos han llevado a algunos gobiernos a aplicar medidas restrictivas que limitan o gravan las exportaciones agrícolas. Otras medidas adoptadas incluyen intervenciones directas en el mercado a través de tenencias de acciones públicas, mecanismos especiales de salvaguardia y empresas comerciales del Estado. La adopción de estas medidas ha desencadenado nuevos debates sobre su eficacia para reducir la inseguridad alimentaria e impulsar el desarrollo de mercados alimentarios justos y transparentes Regulaciones como las normas de sostenibilidad, las restricciones de acceso o las medidas de apoyo interno deben ser transparentes y alineadas con los principios de la OMC para evitar la discrecionalidad. aplicaciones y prácticas discriminatorias. La transparencia de la información es clave para acceder y desarrollar nuevos mercados, especialmente bajo un escrutinio ambiental cada vez mayor. El acceso efectivo a los mercados es fundamental, no solo para el desarrollo de los países agroexportadores (que priorizan este tema en sus agendas de desarrollo) sino también para los países importadores, como un medio para garantizar la seguridad alimentaria y conectar a los principales proveedores con compradores en regiones que enfrentan escasez de alimentos. El mecanismo de solución de diferencias de la OMC se ha convertido en un activo estratégico para los países en desarrollo, que les permite seguir ampliando sus exportaciones agrícolas y fortaleciendo su posición en el mercado. Sin embargo, el actual estado de parálisis del Órgano de Apelación de la OMC ha afectado recientemente a la eficacia de la institución para regular y arbitrar conflictos en el ámbito de las relaciones comerciales alimentarias. Más importante aún, la estrategia de crecimiento de los países latinoamericanos depende de la OMC y del orden legal que hace cumplir; por ello, contribuir activamente a su modernización y priorizar su éxito como parte de sus políticas comerciales y exteriores es de crucial importancia.
El documento (en inglés) se encuentra disponible en las páginas del IICA e IFPRI y puede descargarse siguiendo el enlace.