Noviembre, 2024
El documento base analiza las condiciones productivas de la agricultura en los cuatro países involucrados y plantea el rol que estos pueden y deben desempeñar a nivel global. La narrativa inicial se puede resumir de la siguiente manera:
- La seguridad alimentaria global es un objetivo central, pero la misma se está́ deteriorando en algunas regiones del mundo. Es necesario hacer un esfuerzo a nivel global y regional para aumentar la producción y productividad de la agricultura de una manera sustentable.
- La oferta global de alimentos depende de manera sustantiva de las contribuciones de los cuatro países del Cono Sur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), quienes tienen un importante papel que cumplir en la producción de alimentos y la seguridad alimentaria global.
- La producción de alimentos de los cuatro países es sustentable y con una baja emisión de carbono, como consecuencia de sus técnicas productivas.
- Es necesario fortalecer la integración regional en la producción agroindustrial y estrechar vínculos en las negociaciones comerciales.
Durante la primera década de trabajo la Red GPS ha ido consolidando una estructura institucional flexible con la participación de un número significativo de instituciones y personas que la integran y ha desarrollado una estructura operativa ágil y eficaz.
El trabajo de la Red GPS se ha concentrado en cinco tipos de actividades:
- Elaboración de documentos
- Organización de reuniones de información y/o dialogo
- Colaboración con entidades públicas y privadas en la formulación de políticas públicas
- Organización de actividades dirigidas al desarrollo de un sector agroindustrial más productivo y sustentable.
- Trabajos, reuniones y diálogos dirigidos a posicionar a la región en la promoción y defensa de sus intereses específicos en el ámbito internacional.
Se han obtenido avances significativos en los primeros tres ejes temáticos, pero persisten desafíos en: a) incorporar una visión prospectiva sobre el impacto de la bioeconomía y tecnologías emergentes en la producción y competitividad internacional, b) fomentar la integración regional del MERCOSUR en lo productivo y comercial, y c) proyectar la región en el comercio agroindustrial global.
Por otra parte, el contexto internacional y regional se está́ transformando aceleradamente. Los principales cambios geopolíticos durante la última década están asociados a una creciente conflictividad, fragmentación del comercio y un incremento en la implementación de políticas comerciales que incluyen conceptos como el de-risking que, a su vez, derivan en estrategias de friendshoring y nearshoring. Esto ha llevado a un reordenamiento de la estructura productiva, un regreso de las políticas industriales, una creciente fragmentación económica, y un debilitamiento del multilateralismo y sus reglas y la creciente imposición de estándares (particularmente, aunque no exclusivamente, ambientales).
Al mismo tiempo se verifica un debilitamiento del Mercosur como plataforma exportadora, con crecientes tensiones entre Argentina y Brasil, mayor heterogeneidad por la incorporación de Bolivia y creciente disconformidad por parte de Uruguay y Paraguay.
Por último, surgen nuevos desafíos en términos productivos y económicos por el surgimiento nuevas tecnologías que modifican el patrón productivo y una mejor utilización de los recursos, generando nuevas oportunidades y modificando las ventajas comparativas.
Por ello, aunque las áreas de trabajo que habían quedado postergadas deberían ser parte natural de un plan de trabajo de GPS de cara a la nueva década, al mismo tiempo, el diseño del plan de trabajo debería incorporar las tendencias geopolíticas, económicas y tecnológicas, que definen un nuevo contexto tanto al interior del Mercosur como a nivel internacional.
En función de ello, GPS debería enfatizar, al comienzo de una nueva década, tres áreas temáticas principales:
- Expandir y adecuar la producción agroindustrial de acuerdo con las oportunidades tecnológicas y las realidades productivas y comerciales que se desarrollen, así como las exigencias particulares de las mismas, con la aplicación de la bieconomía como nuevo paradigma productivo.
- Priorizar los mecanismos de integración “soft” para avanzar en la integración regional que, en el contexto actual, es probable que sea compleja y difícil. Más allá de la debilidad institucional del Mercosur, los cuatro países pertenecen a una misma geografía y tienen lazos culturales e históricos muy importantes. Son una región de paz y se proyectan al mundo como una unidad cultural. GPS podría colaborar en la promoción el dialogo y la organización de mecanismos institucionales de vinculación y colaboración en el ámbito público y privado, en coordinación con instituciones intergubernamentales.
- Contribuir a una inserción internacional comercial posible y conveniente, apoyada en la agroindustria-bioeconomía, en un contexto internacional con crecientes riesgos políticos, contemplando tanto estrategias conjuntas que aporten al fortalecimiento institucional del Mercosur, como negociaciones individuales en aspectos específicos, limitados y novedosos, que sean compatibles con la actual reglamentación del Mercosur.
En el marco de la red GPS, el trabajo conjunto debería centrarse en: a) consolidar y profundizar la narrativa relacionada a la capacidad de producción de la región y sus características cualitativas; b) identificar países y regiones que puedan ser los socios comerciales más promisorios de la región; c) identificar países con los cuales cada uno de los socios pueda avanzar, en forma individual, en temas específicos, sin contradecir la normativa del MERCOSUR; d) aportar a la convergencia de los estándares ambientales y mecanismos de certificación para que tengan una dimensión regional.
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