El Segundo Outlook del Mercosur, organizado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, reunió a especialistas y autoridades de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay para analizar las perspectivas agroalimentarias de la próxima década. Según las proyecciones presentadas, la producción de cereales y oleaginosas del bloque podría aumentar en 122 millones de toneladas, con 62 millones adicionales en exportaciones, lo que representaría ingresos superiores a 31.000 millones de dólares hacia 2034.

Se destacó la intervención de Marcelo Regúnaga, coordinador general del Grupo de Países Productores del Sur (GPS), quien planteó una visión estratégica sobre el papel del Mercosur en el nuevo escenario global de seguridad alimentaria y sostenibilidad. Regúnaga subrayó que el bloque “tiene condiciones naturales, tecnológicas y humanas para posicionarse como la principal agricultura del mundo”, pero advirtió que ese potencial depende de reglas de juego estables, infraestructura adecuada y una coordinación regional más sólida.
Además, destacó que la agricultura debe ser reconocida como parte de la solución al cambio climático y no como un problema. “Es el momento ideal para transmitir que el agro tiene la capacidad de capturar carbono y de proveer servicios que contribuyen al equilibrio ambiental”, afirmó, en referencia a la próxima COP 30, que se celebrará en Brasil en 2026. Para ello, propuso avanzar en métricas que midan de manera precisa el aporte del sector a la mitigación climática y fortalecer los sistemas de investigación y desarrollo que permitan mayor resiliencia productiva.
El especialista llamó también a consolidar una agenda regional que combine productividad, sostenibilidad e inclusión: “Si logramos coordinar políticas y adoptar estándares ambientales comunes, el Mercosur puede liderar una nueva narrativa global sobre la agricultura”, señaló.
El evento contó con la participación de referentes del sector público y privado de los cuatro países del bloque. Desde Brasil, Cleber Soares, viceministro de Agricultura y Ganadería, destacó las políticas para reducir mil millones de toneladas de emisiones hacia 2030 y los avances de Embrapa en herramientas para medir la huella de carbono. Por Paraguay, Manuel Adolfo Ferreira Brusquetti advirtió que el desafío será sostener la adopción tecnológica en un escenario de precios más bajos, mientras que el ministro uruguayo Luis Alfredo Fratti subrayó la necesidad de inversiones en sanidad, trazabilidad y sostenibilidad para mantener la competitividad.

Con una mirada común hacia el futuro, los especialistas coincidieron en que el desafío para el Mercosur no será solo producir más, sino producir mejor: integrar innovación, sostenibilidad y apertura comercial para consolidar su papel como una potencia agroalimentaria y ambiental clave en el escenario global.
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