Buenos Aires, 2 de octubre de 2018.- Ampliar la visibilidad del trabajo de las mujeres rurales será crucial para la seguridad alimentaria global, según un panel de especialistas que disertó este martes en el Centro Cultural Kirchner de Buenos Aires, en el marco de la reunión del Women 20, W20 que se llevó a cabo este martes.
La reunión del W20 incluyó por primera vez el tópico de la mujer rural como parte de sus recomendaciones a los países del G20, cuya cumbre se llevará a cabo en diciembre en la capital porteña.
Nicole Levy, de la empresa Directv, moderó el panel “La invisibilización de la mujer rural y su papel en el desarrollo”, que contó con la participación de Lilianne Ploumen, María Nopuel Vaeza, Carol Megevand, Edith Obschatko y Soledad Izquierdo. Ploumen, representante del Parlamento holandés, dio inicio con un breve y emotivo discurso sobre el significado que para su nación tuvo la participación de la mujer en la producción de saberes y experiencias gracias a su trabajo en el campo.
Carol Megevand, responsable del Banco Mundial para el desarrollo sostenible en Argentina, Paraguay y Uruguay, aseguró que lo más importante es el acceso a los recursos y métodos de financiación. Otro de los imperativos, según Megevand, debe ser ayudarlas a mejorar la infraestructura de sus proyectos agrícolas. Puso como ejemplo algunos programas desarrollados por el BM en la República Democrática del Congo, que han permitido mejorar las condiciones de los grupos familiares que se dedican por completo a la producción agropecuaria. El conocimiento tradicional del Chaco fue traído a colación durante su participación: la mujer rural es una fuente de conocimiento ancestral que le permitiría explotar todo su potencial.
El modo de vida de las mujeres rurales fu analizado por María Noel Vaeza, directora de Programas del UN Women. Según sus estudios, la inequidad entre la mujer y el hombre del campo es enorme. «Deberían crearse políticas promovidas por los gobiernos para integrar a las mujeres y permitir ampliar el arco de sus capacidades, para solventar algunas necesidades básicas, elementales, como el acceso a la tecnología y seguridad; también eliminar la discriminación sistemática y promover la educación», enumeró Vaeza.. Un grupo de expertos de la UN reporta constantemente la situación de la mujer en las sociedades rurales. A juicio de la experta, el empoderamiento de la mujer rural e indígena, debe extenderse y convertirse en una prioridad.
Soledad Izquierdo, representante de Coca Cola Company, desarrolló una serie de ideas sobre la dimensión económica de la producción agroindustrial. Señaló que habían descubierto la importancia de la educación continua en el empoderamiento femenino y la ampliación de sus aptitudes naturales. Mencionó algunos de sus programas de capacitación a mujeres rurales en la India, Uganda y Kenia como ejemplo exitoso de estas políticas empresariales impulsadas por la multinacional. Algunas de estas iniciativas, apoyadas por ONG locales e internacionales demuestran el importante papel de las iniciativas privadas para el fortalecimiento del trabajo campesino.
Según la especialista en Políticas y Negociaciones en la Oficina del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, IICA, en la Argentina, Edith Obschatko, la invisibilidad de la mujer es una realidad expresada día a día. «Las mujeres rurales representan un importante grupo, comparado con el de los hombres rurales y las mujeres urbanas; pero los indicadores demuestran las enormes diferencias entre las mujeres rurales y las urbanas en cuanto al acceso digital, infraestructura, discriminación y relegamiento por falta de vías de comunicación», enumeró la representante del IICA. Los medios no consideran demasiado el importante papel de la mujer agricultora y la relegan constantemente, explicó la experta.
La discusión de las panelistas giró sobre las principales orientaciones y necesidades que deben ser solventadas por los gobiernos del G20, orientados a dar las mejores oportunidades a las mujeres de los países menos favorecidos. Sin embargo, por medio de ejemplos específicos, pudo demostrarse que la desigualdad de las mujeres en el campo es un asunto global. Las diferencias, radicales en algunos casos, advierten que existe un sistematizado ocultamiento de su importancia en el desarrollo productivo.
«A las mujeres rurales hay que dejar de verlas en su condición de víctimas», como sostuvo Noel Vaeza, y por el contrario, deben ser consideradas como agentes del desarrollo. Por esta razón, la sociedad y los Estados, están obligados a brindar todas las herramientas para lograr más igualdad de oportunidades y mejores perspectivas a mediano y largo plazo.
Como señala el coordinador general de GPS, Horacio Sánchez Caballero, «el tema de la mujer rural es de gran importancia, dada su participación, para el logro del desarrollo sustentable a nivel internacional y un mayor crecimiento del sector agroindustrial. Desde GPS nos alegra acompañar este tema dentro de las discusiones del W-20 y esperamos que siga ocupando un lugar central en la agenda de discusión global”.
Para contribuir a sociedades más inclusivas y prósperas, se formó el Women 20 (W20, una red transnacional de mujeres líderes de la sociedad civil, los negocios, los emprendimientos y think tanks y que es parte de los grupos satellite del G20). El Grupo de Países Productores del Sur (GPS) -una entidad que trabaja para mejorar el posicionamiento y la inserción internacional de Argentina, Brasil, Uruguay y Uruguay- participa en el W20 como Knowledge Partner, conjuntamente con Aapresid y la Asociación Marianne.