Mariana Reinke, La Nación, Campo, 13 de agosto de 2021
La implementación de sistemas agropecuarios sustentables es el nuevo desafío que tienen por delante los países exportadores de alimentos. En este sentido, ese será uno de los principales ejes en la Cumbre de Presidentes de la ONU, en septiembre próximo.
“Debe haber un enfoque global y sistémico porque existen nuevos desafíos. La tradicional seguridad alimentaria mundial debe ser con un enfoque más amplio: no solo tenemos que llegar a todo el mundo con cantidad sino con calidad y sanidad de alimentos”, expuso Marcelo Regúnaga, exsecretario de Agricultura, en el congreso anual de Aapresid.
En este contexto, Regúnaga señaló que al planteo de Europa de tratar de imponer su visión para cambiar la manera en que se trabaja en los sistemas productivos del mundo, encontró una postura en la región “diciendo las cosas no son tan simples como las plantean ustedes”.
“Tenemos la oportunidad de posicionar a nuestros sistemas productivos y analizar eventuales coaliciones por nuestros intereses comunes. A diferencia de los europeos, que utilizan enormes cantidades de energía y destruyen el suelo para producir, nuestros sistemas productivos utilizan bajos insumos y siembra directa, que nos permite reducir los impactos ambientales”, detalló.
En un trabajo que se va a presentar en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires se ha medido que en la Argentina hemos bajado por año un millón de toneladas la emisión de gases de efecto invernadero. Por año estamos secuestrando alrededor de siete millones de toneladas de carbono”, adelantó.
En este contexto, dijo que la región está adelantada con respecto a otras zonas en el mundo. “Tenemos gran parte de la superficie plantada en la Argentina y en la región con los esquemas de siembra directa. Asimismo, hemos adoptado tempranamente en la región los controles biológicos a partir de la biotecnología como son los cultivos transgénicos. Hoy en día, utilizamos agroquímicos menos tóxicos, esto es muy importante porque hemos logrado tener una agricultura amigable con el ambiente y menos riesgosa en materia de salud. Al mismo tiempo hemos aumentado la producción y fuimos reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero”, afirmó.
El exfuncionario destacó que, con datos de FAO, tanto en Brasil como en la Argentina se ve cómo se está contribuyendo a alimentar al mundo, de una manera más eficiente en materia de emisión de gases de efecto invernadero, es decir “mejoramos la seguridad alimentaria mundial pero con menores emisiones”.
Por este motivo, para el exsecretario de Agricultura la cumbre próxima es muy importante porque permite posicionar a la región como solución para la seguridad alimentaria global con sistemas sostenibles y amigables con el ambiente. “Al ser una región excedentaria podemos alimentar al resto del mundo porque nuestra producción excede en gran cantidad. Somos parte de la solución alimentaria del mundo”, destacó.
“A la vez podemos cooperar con el mundo para mejorar los sistemas no sostenibles de otros países. Los países del Mercosur van a tener un papel fundamental para contribuir a la seguridad alimentaria mundial, donde el comercio es un componente clave para la seguridad y para permitir que algunas regiones del mundo”, añadió.
En coincidencia, Marcos Jank, economista brasileño y profesor de Instituto de Enseñanza y Estudios de San Pablo (Insper), dijo que son los países americanos quienes tienen excedente alimentario. “En el mapa del mundo, la gran región que va a ofertar excedentes de commodities es el Mercosur y las que van a importar están Asia meridional y oriental y África del norte y con el tiempo la subsahariana”, explicó.
En cuanto a la posición europea, señaló que el mundo es mucho más diverso y que se necesita todavía de mucha producción “porque el consumo va por seguir creciendo”.
“El mundo no tiene futuro si se sigue solo lo que propone Europa para sus agricultores”, remarcó. En relación a qué países serán los encargados de alimentar a la población en el mundo en los próximos 80 años, Jank puntualizó que ese rol lo tiene América del Sur como gran productor de granos, carne, leche, frutas.
Por esto, insistió que “en un gran debate, debemos estar juntos en el Mercosur como grandes exportadores en el comercio internacional. Somos pocos los grandes jugadores que exportan commodities agropecuarios. No se puede discutir sistemas alimentarios sin la presencia de los países americanos”, reiteró.
Por último, señaló que no se puede aceptar más restricciones al comercio agrícola: “La cuestión final es cómo los países van a llegar a tener una seguridad alimentaria, es decir accesibles para toda la población y por otro la calidad y la inocuidad de los alimentos”.
Por su parte, para Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), hay varios ejes destacables en la próxima cumbre, entre los cuáles figura que se deben dar garantías de cadenas libres de desforestación.
“Es un nuevo requisito de los países compradores y la cumbre está haciendo referencia de manera explícita a este tema. Además nos exigen dar garantía de libre conversión es decir, el no cambio al uso del suelo. Hace años venimos trabajando en el país para poder cumplir con la legislación europea y de los Estados Unidos, pero ahora va a ser no solo para una exportación nicho sino para exportar a cualquier país del mundo”, describió.
“Se necesita un comercio más justo y menos proteccionista para mejorar las condiciones de seguridad alimentaria. Cuando hablamos de respuestas ambientales de ir a una transición verde, ordenada y equilibrada, tenemos que tener en cuenta que esa transición debe ir de la mano de la seguridad alimentaria y que debe privilegiar a aquellos países que somos más eficientes en la producción de alimentos”, explicó.
A la vez, sostuvo que “para reglamentar y discutir sobre sustentabilidad y transición verde todas las discusiones deben estar basadas en la ciencia y no en especulaciones políticas o aspiracionales”.
Finalmente, indicó que trabajar solo sobre la rentabilidad económica hoy es insuficiente. En este sentido, contó que la sustentabilidad dejó de ser futuro y hoy es una realidad.
“Tenemos que trabajar seriamente, tratando de informar y gestionar para tener un posicionamiento internacional, respetando las buenas prácticas. Debemos trabajar en aspectos de la sustentabilidad ambiental y social y demostrarla con herramientas concretas y efectivas para dar garantías al mundo de que la Argentina es un país proveedor confiable de alimentos, con alta inocuidad y con mucha seriedad en materia de compromisos ambientales”,concluyó.