El bloque regional fue perdiendo relevancia en los últimos años y podría recuperar protagonismo con el agregado de valor a la exportación de productos primarios con el desarrollo de la bioindustria
En uno de los paneles del Congreso de Maizar se analizaron las oportunidades y desafíos para el Mercosur en el nuevo contexto internacional, con la moderación de Agustín Tejeda, director de Contenidos del Grupo GPS. Tres especialistas plantearon que la actual situación debería dar paso a una nueva dinámica, en la que la concreción del acuerdo con la Unión Europea sería una pieza clave.
Federico Lavopa fue subsecretario de Comercio Exterior durante el gobierno de Mauricio Macri y hoy es director de Comercio Internacional Quipu. Está especializado en temas del Mercosur desde hace muchos años, al que no duda en calificar como “paralizado y perdiendo relevancia desde hace 30 años”.
La persistente decadencia determina que el bloque solo concentre el 12% de las exportaciones de los países miembros, a diferencia del 23% que exhibía en origen. Además, se han generado tensiones entre los socios. Recientemente Uruguay se alejó de la regla del consenso y dijo: “Si no me dejan avanzar con la agenda, me voy solo”. Por su parte, Brasil redujo dos veces unilateralmente el arancel externo común. Es decir “se está terminando la paciencia entre los países miembros”, alertó Lavopa.
Por otro lado, el experto destacó que es difícil alinear cuatro países con ciclos políticos que no coinciden: “Conviven gobiernos recién electos con patos rengos”.
Más allá de la visión escéptica sobre el estado actual del Mercosur, Federico fue más optimista sobre su futuro, a la luz de algunos recientes cambios. Uno muy importante es el nuevo gobierno de Brasil del presidente Lula da Silva, que le da importancia al bloque, a diferencia de su antecesor, Jair Bolsonaro. El orador dijo que esto es importante porque “nada se puede hacer en el Mercosur sin Brasil; es el principal socio y equivaldría a la suma de los seis principales países de la Unión Europea. Entonces, resulta impensable el Mercosur sin Brasil dentro”.
El otro factor importante es el acuerdo Mercosur y Unión Europea, que le podría “dar aire” al bloque regional. “La Unión Europea está tocando la puerta diciendo que quiere interactuar con la región y esta circunstancia coincide con el cambio de gobierno en Brasil y la próxima asunción de nuevas autoridades nacionales en la Argentina”, destacó Lavopa.
Si esta perspectiva se convierte en realidad, será una señal política importante y generará oportunidades para ubicar productos del bloque en los países europeos, con paulatina baja de los aranceles del Mercosur. En cambio, si fracasara este acuerdo, es poco probable que pueda hacerse otro con un bloque de países asiáticos, para quienes nuestros productos son muy caros. “En ese escenario no es improbable que los países miembros del Mercosur sigan su camino por separado”, adelantó.
Exportar bioproductos
En el panel también habló Marcelo Regúnaga, exsecretario de Agricultura de la Nación y un especialista en el Mercosur. Dijo que “en el actual escenario internacional, la Argentina debe replantear la estrategia de desarrollo económico y social que empleó desde hace 80 años, basada en la industrialización sustitutiva de importaciones”.
“Nuestro país se cerró al mundo desde el siglo pasado priorizando el mercado interno en vez de crecer con el comercio exterior. Es el momento de cambiar de modelo y aprovechar la oportunidad de agregar valor a productos de la bioeconomía, como biocombustibles, bioplásticos y otros, para comenzar una nueva etapa de desarrollo”, invitó.
“Los mercados de estos bienes crecen más rápido que su producción y hay que aprovechar la demanda desarrollando equipos especializados en comercio exterior que hoy no están disponibles, luego de tantos años de privilegiar la demanda interna”, fustigó.
Además, subrayó que la bioeconomía dará oportunidad de hacer más dinámico el Mercosur aprovechando los aspectos complementarios que se pueden generar entre los países miembros. De esa forma se puede pensar en una escala regional para insertarse en el mercado mundial.
“Tenemos un ejemplo cercano que es Brasil; hay que seguirlo y sumar las ventajas competitivas y comparativas que tiene la Argentina para generar una bioindustria exportadora eficiente”, precisó.
Maíz y Mercosur
En otro tramo del panel del congreso de Maizar, Enori Barbieri, un dirigente brasileño vicepresidente de Abramilho, analizó las posibilidades de crecimiento del cereal en la región.
“La Argentina tiene gran potencial de crecimiento en la producción de maíz, con una demanda asegurada para colocar el producto”, desafió. “Brasil produce 150 millones de toneladas y la Argentina puede seguir su camino si desarrolla una cadena comercial competitiva en precio y calidad, los dos atributos que exige el mercado mundial”, propuso.
Para poder concretar ese objetivo “deben solucionar sus problemas internos, que son muchos. Deben lograr una mejor interacción entre las autoridades nacionales y los agricultores”, planteó. “En Brasil, los políticos se comprometen con el sector agropecuario; prueba de ello son los numerosos representantes del campo en el Congreso Nacional” resaltó.
“La Argentina tiene tierra, recursos humanos, maquinaria, puertos e infraestructura para ser muy competitiva produciendo granos si se lo propone”, reconoció. Y recordó que “gran parte de la superficie agrícola de Brasil está 2000 kilómetros de los puertos y hay que sacar la producción del campo por caminos de tierra de largo trayecto antes de llegar al asfalto”.
“Los argentinos tienen todo para crecer en granos; falta que el sector público y privado se pongan de acuerdo y tiren parejo para que esa perspectiva se convierta en realidad”, finalizó.