Ernesto Viglizzo y Florencia Ricard, Journal of Veterinary Medicine and Research, 5 mayo 2022.
La relación conflictiva entre la producción ganadera y el cambio climático global está influyendo en las decisiones sobre el consumo de carne y productos lácteos en sociedades informadas y de altos ingresos.
Como resultado, existe una creciente preocupación dentro de la comunidad ganadera. El debate planteó preguntas aún sin respuesta sobre los enfoques y métodos utilizados para evaluar las emisiones del ganado -en particular las emisiones del ganado vacuno- y su impacto en el medio ambiente global.
Los métodos de evaluación del ciclo de vida (LCA) por un lado y los métodos de inventarios (IM) por otro lado, liberan magnitudes de emisión de C que difieren mucho entre sí. El LCA es un enfoque analítico que acumula en cada tonelada de producción de carne de res las emisiones que ocurren a nivel de granja y agrega las emisiones de los sectores ubicados en etapas previas y posteriores a la granja. En el caso de IM, el método solo calcula las emisiones de metano y óxido nitroso en la finca, expresadas como tonelada C emitida anualmente/unidad de tierra, sin tener en cuenta las emisiones de los sectores fuera de la producción ganadera. Según IM, las estadísticas recientes de la FAO con respecto a todas las especies de ganado, bovinos y cultivos muestran que la contribución del ganado vacuno a las emisiones globales fue inferior al 5%, muy lejos del 14,5% al 18% estimado a través de LCA por dos influyentes informes anteriores de la FAO. Teniendo en cuenta que el debate sobre el uso de enfoques alternativos sigue vivo y puede modificar la opinión del consumidor e influir en el comercio de carne vacuna, las estrategias de comunicación deben basarse en información objetiva que muestre los resultados de diferentes conocimientos científicos.
Texto en inglés