Como preparación para la COP30 a celebrarse en Belem en noviembre de 2025, ABAG organizó el foro “Hacia la COP30: El Agronegocio y el Cambio Climático” que reunió voces diversas con diferentes perspectivas en torno a tres preguntas centrales:
a- ¿Cómo puede contribuir la agropecuaria a la agenda de adaptación y mitigación del cambio climático?
b- ¿Cómo podemos liberar la financiación para el sector agropecuario?
c- ¿Cómo se relaciona el agronegocio con el mercado de carbono?
Como resultado de las discusiones, se preparó un documento que reúne las principales conclusiones y contribuciones de los participantes y que destaca cómo el sector agropecuario puede ser un agente de transformación en la agenda de adaptación y mitigación del cambio climático.
En el mismo se abordan estrategias para desbloquear la financiación climática y explorar soluciones que amplíen el acceso a recursos financieros e impulsen la innovación sostenible. El documento explora cómo el sector puede integrarse eficazmente al comercio de créditos de carbono, contribuyendo a una economía global baja en carbono.
Se detallan estrategias clave para la adaptación eficaz en los agrosistemas tropicales, como el aumento de la eficiencia en el uso de la tierra, la mejora de la eficiencia en el uso de los recursos hídricos y los nutrientes y se indica que Brasil ha implementado políticas públicas para mitigar las emisiones de GEI, como el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNAMC) y el Plan ABC+ 3.
Las principales conclusiones del documento muestran que el sector agropecuario brasileño tiene un papel estratégico en la agenda climática global, especialmente en la mitigación y adaptación al cambio climático. Se destaca que el agronegocio puede contribuir a reducir emisiones de gases de efecto invernadero mediante prácticas sostenibles, secuestro de carbono y desarrollo de tecnologías innovadoras. Además, se señala la importancia de fortalecer la financiación climática y ampliar la capacidad del sector para acceder a recursos internacionales y créditos de carbono, para lo cual es fundamental la elaboración de métricas e indicadores sólidos que permitan evaluar sus resultados en mitigación y adaptación.
Para que las oportunidades y los beneficios asociados a la generación de créditos de carbono se materialicen de manera efectiva, es esencial tener en cuenta las particularidades locales de los territorios donde se implementarán los proyectos. Uno de los principales obstáculos para la expansión de este mercado en el país es la falta de metodologías y métricas verdaderamente adaptadas a la realidad tropical brasileña.
El documento subraya que la integración efectiva del sector al mercado de carbono, junto con políticas públicas adecuadas y la adopción de prácticas sustentables, son claves para posicionar a Brasil como un actor relevante en la lucha contra el cambio climático, promoviendo un desarrollo sostenible y resiliente en concordancia con los compromisos internacionales, como el Acuerdo de París y la COP30.
Las principales recomendaciones del documento enfatizan la necesidad de fortalecer la integración del sector agropecuario en las políticas y mecanismos de financiamiento climático, además de promover prácticas sostenibles que faciliten la mitigación y adaptación al cambio climático. Específicamente, se recomienda:
- Aumentar la inversión y movilización de recursos financieros: ampliar la financiación climática procedente de diversas fuentes, incluyendo mecanismos internacionales, para apoyar la transición hacia una agricultura y ganadería sostenibles y competitivas.
- Desarrollar e implementar métricas sólidas de medición, reporte y verificación (MRV): para evaluar los resultados en mitigación y adaptación, permitiendo orientar mejor las inversiones y garantizar la seguridad jurídica para productores e inversores.
- Promover la inclusión del sector agropecuario en el mercado de carbono: impulsar la creación y expansión de créditos de carbono vinculados a prácticas regenerativas y sostenibles, asegurando que estas se traduzcan en beneficios económicos para los productores.
- Fomentar políticas públicas y programas específicos: como el Plan ABC+ y programas de mejora genética, que faciliten la adopción de prácticas resilientes y sostenibles en el sector.
- Implementar instrumentos de Pago por Servicios Ambientales (PSA) y promover incentivos económicos para restaurar y proteger ecosistemas, biodiversidad y recursos hídricos, integrando así los beneficios del carbono y la biodiversidad en la financiación.
- Fortalecer la cooperación entre el gobierno, sector privado e instituciones financieras internacionales, para captar recursos y facilitar el acceso a financiamiento para productores de todos los tamaños.
Estas recomendaciones apuntan a consolidar a Brasil como un ejemplo de liderazgo en agricultura baja en emisiones, generando sostenibilidad ambiental, seguridad alimentaria y desarrollo económico responsable.


