[vc_row css=».vc_custom_1510860906360{margin-top: 0px !important;margin-bottom: 50px !important;padding-top: 0px !important;}»][vc_column][vc_column_text]América Latina y el Caribe (ALC) es uno de los principales contribuyentes a la seguridad alimentaria mundial y a los servicios ecosistémicos globales, incluidos el secuestro de CO2 y la biodiversidad. Sin embargo, la región también está sufriendo de degradación ambiental, particularmente a través de las altas tasas de deforestación. Además, ALC es la región en desarrollo con la mayor desigualdad económica, y, si bien la desnutrición ha disminuido significativamente, el sobrepeso y la obesidad han aumentado a tasas más altas que en otras regiones de ingresos medios.

En medio de esta compleja situación, la región está sufriendo uno de los brotes más preocupantes de COVID-19 a nivel global. Con el aumento del desempleo, la pobreza este año podría alcanzar a casi 220 millones de personas, con la pobreza extrema afectando a más de 90 millones. Los gobiernos han reaccionado con una variedad de políticas sanitarias, sociales y económicas. Sin embargo, la pandemia actual está teniendo un gran impacto negativo en la región, con importantes externalidades negativas potenciales para el resto del mundo.

Este seminario del IFPRI trató  los impactos en la pobreza y en la seguridad alimentaria, la respuesta desde un gobierno nacional, la opinión de las instituciones internacionales de desarrollo y del sector privado, y reflexiones sobre investigación, tecnología e innovación a futuro.

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