El investigador, Ernesto Viglizzo, miembro de la red GPS y asesor en temas ambientales, llevó a cabo este trabajo en conjunto con el IICA, que aborda el desafío que la agricultura mundial asigna a las Américas: el rol estratégico en la provisión de proteínas animales de alto valor biológico y en la prevención del cambio climático.
Hoy existen tecnologías y prácticas que permiten armonizar ambos objetivos: seguridad alimentaria y seguridad climática global. Pero una tercera herramienta debe ser incorporada: el libre comercio de bienes agropecuarios. Con un criterio puramente realista, esto implica resignar las declamadas políticas de producción local de alimentos en reemplazo de los que provee el libre comercio internacional.
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